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Bailaba. Solo. No porque se adelantara a otros menos virtuosos para bailar un solo. No. Tampoco es que evolucionara sin compañeros de baile. Parecía, más bien, bailar con su soledad, como si para él fuera una «soledad compañera», o sea, compleja, poblada de imágenes, sueños, fantasmas, memoria. Y por tanto bailaba sus soledades, creando así una multiplicidad de un género nuevo.
Georges Didi-Huberman
Dirección: Nico Jongen
Dramaturgia: Oriol López
Intérpretes: Carmen Gómez, Elena Kulisevsky, Oriol López,
Clàudia Torrents y Albert Ventura
Espacio: Albert Ventura
Vestuario: Claudia Torrents
Asistencia movimiento: Joaquín Collado
Luces: Roger Piqué
Sonido: Dídac Mariné
Diseño gráfico: Clàudia Torrents
Video: Francisca D’Acosta
Agradecimientos: Jordi Fondevila
Con el apoyo de: Institut del Teatre - Barcelona, La Inútil-Barcelona.